sábado, 5 de octubre de 2013

Amor Oscuro

Prólogo

Nacido de la relación del dios atlante, Arcón, y de una humana. Kiba estuvo destinado a ser un semidiós desde su nacimiento. Por decisión del destino fue acogido por su padre en el panteón atlante, rodeado de todos los lujos.

Hasta que un día, su hermanastro regreso para tomar el lugar de su padre. Apóstolos estaba muerto, pero la destrucción no ceso. Apolimia, La Destructora, se encargo de que todos y cada uno de ellos pagarán. Incluido él, lo último que vio fue a su hermanastro, mientras su cuerpo era convertido en piedra, su odio fue en aumento. Juro que algún día se liberaría de su prisión y mataría con sus propias manos a los culpables de la muerte de todo el panteón. Aquerón Partenopaeo.
 

Capitulo 1

Stryker, líder del ejercito daimon, se había colado en Katoteros. Como una sombra, se dirigió a la estancia donde sabia que estaba la persona que buscaba, la única persona que podría acabar con Aquerón. Al llegar a la estancia, vio a los que un día fueron los dioses atlantes en todo su esplendor, camino entre las estatuas de piedra, buscando al hijo ilegitimo de Arcón. Al encontrarlo se quedo contemplándolo un intante: El joven aparentaba ser un adolescete, con una mirada de odio en sus ojos. Si, eso era el dios que buscaba, el que podría ayudarle a destruir a su enemigo. Uso la esfera uqe contenía algunos de sus poderes de semidiós y la coloco en el pecho del muchacho. 

Poco a poco, los poderes de Stryker iban penetrando en la roca, que se iba rompiendo hasta que el joven quedo liberado de su prisión. Este invoco una espada y lo atacó con saña, mientras el daimon esquivaba los ataques con cierta dificultad. Hasta que el dios le dio un puñetazo en el estómago y lo dejo caer al suelo.

- ¿Quién eres? -pregunto con furia.- ¿Eres uno de sus siervos?

-Ni aunque me atarán a la roca de Prometeo y me torturarán sería su siervo, soy Styker. Líder de los daimons y vengo a proponerte un trato.

-¿Un trato?

-Ambos tenemos un enemigo común al que queremos destruir.

El dios le quito la espada que hata ese momento tenía en el cuello, se sentó en el suelo y miro al dios con mirada calculadora:

-Tú también quieres destruir a Aquerón y yo sé como ayudarte a encontrarlo.

Kiba no podía creerse lo que estaba escuchando, ¿en serio podría cumplir su venganza y así por fin conseguir lo que siempre se propuso en once mil años? Miro al daimon, si podría librarse primero de Apóstolos y luego librarse del daimon.

- Dime dónde está Apóstolos- acepto la propuesta.

El daimon sonrío mostrando los colmillos y llavándolo al reino de Apolimia. Le mostró a través de una esfora, el lugar donde estaba Apóstolos:

-Está es el escondite de un Cazador Oscuro, yo que tú procuraría parar desaper... --Stryker se callo cuando vio que el dios ya no estaba.

Kiba se había teletransportado a la casa que le había mostrado el daimon y cayo sobre agua y sobre algo más:

-¿¡Pero qué...!?- dijo una voz de mujer.

Cuando Kiba abrió los ojos, se encontró con unos ojos azules como el cielo y un cabello tan oscuro como la noche.Había caido encima de una mujer desnuda y una de sus manos estaba tocando uno de sus pechos. No le podía quitar la mirada de encima, su cuerpo reacciono de forma instantánea y sentía el deseo de inclinarse un poco más para atrapar sus labios.

- ¡Akra!- grito un niño

-Mierda... 

Kiba levanto la vista y vio a un demonio caronte en el vano de la puerta, "maldito seas, Stryker..." pensó para si, nadie le dijo nada de que la casa estuviera custodiada por demonios caronte.

-¡Xed, ve a por ayuda!- grito la mujer

En ese instante, Kiba le tapo la boca y murmuro algo en atlante. El pequeño demonio se abañanzó sobre él y le aplasto la cabeza contra la pared, la chica salió de la bañera y se cubrió el cuerpo, mientras salía de la habitación. Poco después de que el demonio le hubiera aplastado la cabeza en la pared un par de veces más. lo soltó y fue detrás de su akra. Él para evitar que pudieran pedir ayudar a alguien, salió corriendo detrás de ellos, pero fue demasiado tarde. Al punto, Kiba ya había encontrado a Apóstolos que iba acompañado de otros dos hombres y una mujer que abrazaba a la chica. Por la cara de Apóstolos, parecía uqe había visto un fantasma.

-¿Cómo...?

-¿Te sorprende verme aqui... hermano?- pregunto burlonamente Kiba

Apóstolos no dijo nada, pero los hombres que lo acompañaban se abalazaron sobre él para acabarlo. Ninguno de los dos lo consiguió, aun distraído podía tener ventaja en la pelea, hasta que... "¡Papá!" grito la voz de la chica en su mente. En ese momento, Kiba miro a la chica perplejo, ¿cómo era que ella...?

Phoebe estaba asustada, menos mal que Xed tenía buenos pulmones y los demás acudieron en su ayuda. Ese chico había aparecido y de repente llamo a Ash "hermano", su padre y Talon se habían enzarzado en una lucha contra él, mientras Ash miraba al chico perplejo. Sabía que Ash era el último dios atlante que quedaba en la Tierra, pero ¿quién libero a ese dios? Era la pregunta que le rondaba la cabeza.
Cuando Phoebe vio como su padre  era arrojado al suelo se asusto, no pudo evitar ver la imagen de su padre crucificado en su mente. En ese momento, el chico se detuvo y la miro ¿asustado?, no sabía que le pasaba, pero de esa forma Talon pudo dejarlo inconsciente de un golpe.

-Cariño, ¿estás bien?- pregunto Amanda, la esposa de su padre

-Si, colo es un chichoncito de nada.- respondió.- Phoebe, ¿tú estás bien?

-S-si, e-estoy bien, papá- respondió mientras se arrodillaba a su lado para abrazarlo.

-T-Rex...-dijo Talon.- ¿Le conoces?

-Para mi segracia, si- respondió Ash acercándose al chico.

Phoebe también sabía quien era, lo supo nada más verlo. Era Kiba, uno de los hijos de Arcón, por eso había llamado "hermano" a Ash, ella igual que Ash creía que sería una estatua junto con el resto del panteón atlante. ¿Por qué estaba ahí?

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