lunes, 30 de marzo de 2015

Wolf´s Love

Capítulo 4

Un rato después de haber estado en el Santuario, Sasha y Phoebe iban hacia el anticuario, después de un pequeño altercado con la manada katagaria que estuvo en el bar. Ambos iban en completo silencio, pero Phoebe iba algo alejada de él, probablemente para evitar que la oliera má. Era mejor así...:

- Oye... -escucho que le llamaba.

- ¿Si? -la miro por encima del hombro

-Antes dijiste que no era necesario... -miro a todos lados, asegurándose de que no la escucharán.- transformarme para que supieran lo que era. ¿Qué quisiste decir?

- Sencillo. Somos muchas y cada quién tiene un olo que lo identifica y nos permite saber de qué especie es. Como por ejemplo: Antes, cuando estuve en tu tienda, supe que eres una lycos, igual que yo. Pero también hay un olor que nos diferencia de los demás.- le explico brevemente.

- ¿Hay más? .-siguió preguntando.

- Si. Digamos que hay un poquito de todo .-respondió sin más, haciendo el paso algo más lento para poder tenerla al lado.

Si, desde ahí podía verla mejor, llevaba el pelo suelto, que le llegaba por la cintura, tenía la cabeza agachada con un leve sonrojo. Seguro que era por lo que le dijo el lobo de antes y eso le hizo pensar en algo, ¿se había puesto celoso? 

// Recuerdo de lo ocurrido\\

-¿Qué quieres decir? -le había preguntado unos segundos después de decirle que no era la única que podía hacer ciertas cosas.

Él se había mantenido callado, sabía que la manada de machos katagarios que estaban cerca de ellos habían olido a la chica y sabían que estaba en celo. No se movió ni dijo nada más que nada para ver si se atrevían a acercarse. Ya que él no tenía una manda y ella parecía que tampoco, eran blancos perfectos para las demás manadas porque se supone que eran débiles o una amenaza.

Uno se levantó, caso error, Sasha vio que se acercaba con paso decidido a la chica. Fue entonces cuando sintió una cosa rara, primero ardió de furia al ver que podía pretender que ella se acostará con él, luego pensó que debía ser porque él la había visto primero y tenía deseos de ser el que ella escogiera:

- Hola, guapa .-la saludó el lobo.

Al mirarla de reojo, vio que la chica se había puesto tensa de la nada. Sería normal si se había enterado de que eran toda una especie de licántropos.

- Ho... Hola .-le devolvió el saludo.

- ¿Qué te parece si te llevo conmigo y lo hacemos toda la noche? -le pregunto sin rodeos, ese tío si sabía tratar bien a las chicas.

Al ver que ella se ponía más tensa y nerviosa que antes, Sasha decidió intervenir:

- Oye, piérdete, chucho. No le interesa .-le dijo sin más, con un mal tono que indicaba su furia. 

- ¿Y quién eres tú, Scooby? Ni que fueras su mami .-le gruñó mirándola a ella.- Deja a este tipo, yo soy mucho mejor que él.

Ahí fue cuando perdió el control y le pegó un puñetazo al katagario, se podría decir que su cuerpo se movió solo. El katagario se transformó y lo atacó, haciendo que la clientela humana comenzará a gritary los osos tuvieran que intervenir, él también se habría transformado, pero aun podía con ese tipo y no le tenía miedo. El resto de la manda fue a por él, quien estaba protegiendo a la chica, e hicieron una pelea que tuvo que acudir la mayoría de los osos. Fue cuando agarró a Phoebe y se la llevó de allí.

//Fin del recuerdo\\

En nada llegaron a la tienda y ella se quedó junto al mostrador, mientras él esperaba pacientemente. Espero un buen rato, hasta que se dio cuenta de que estaba haciendo su trabajo:

- Oye... Se supone que te han robado y te estoy ayudando .-le dijo.

- No necesito ayuda... -respondió ella de forma cortante.

-Claro, es por eso que fuiste a por mí como principal culpable de lo que te paso. Lo has convertido en asunto mío, llévame a tu cuarto .-le exigió

- Un momento, estamos en horario infantil, las cosas para adultos se reservan para la noche .-dijo el anciano que había salido de la trastienda.- ¿Qué te trae de nuevo por aquí, muchacho?

- He venido a ayudar a este perro viejo al que le falla el olfato y va a por el primero que entra en esta tienda para acusarlo de ladrón .-respondió al anciano, cruzando los brazos delante del pecho.

- ¡No soy un perro viejo! -exclamó ella, claramente enfadada.

- Haberlo pensado antes de ir al Santuario a acusarme de culpable de robarte y como no me lleves a tu cuarto para identificar a quién te ha robado, iré por mí mismo, seguro que no me cuesta nada encontrarlo .-la desafió.

Nada más decirlo, vio que se sorprendía y perdía un poco de color, dejando su trabajo para guiarlo a su cuarto. Se detivieron junto a una puerta, pero ella le miraba raro:

- ¿Qué pasa? -le preguntó.

- No te vas a reír de lo que veas, ¿verdad? -pregunto a su vez, ¿qué escondía?

- No, pero no te prometo nada .-respondió sinceramente.

Aun sin estar muy segura, ella abrió la puerta y le dejo pasar. Joder, aquello si que era un desorden, empezó a olisquear la habitación, entonces fue cuando sus hormonas se dispararon de nuevo, otra vez. La habitación estaba impregnada con el olor de ella y un ligero toque a rosas, aquello tendría que ser una tortura, aunque el olor casi inexistente que había le sorprendió y lo dejo paralizado. El olor del humano que había en el katagario, también estaba presente en la habitación...

Phoebe no sabía que esperar de ese chico, desde que había aparecido lo notaba raro con ella, bueno... parecía que intentaba ligar con ella. Abe se acercó para preguntarle, a buenas horas, qué había querido decir Sasha con "perro viejo" y cómo sabía lo que era. Tuvo que estar un buen rato explicándole mientras Sasha seguía buscando un rastro, ella también decidió entrar a su cuarto para oler lo que él, aunque solo notaba un ligero olor a Abe:

- Aquí no hay nada .-dijo después de un rato, empezando a recoger las cosas.

- No es cierto, aquí estuvo alguien que no conoces, es un olor débil, pero está aquí .-le respondió.- Eso demuestra que tu olfato es un poco cutre.

- ¿¡Perdona!? -exclamó muy ofendida, obviamente su olfato era bueno, como el de cualquier lobo.

Vio como él la ignoraba para ayudarla a recoger las cosas, como aun estaba enfadada, pues prefirió ignorarlo y seguir recogiendo tan tranquila. Recogió y dobló la ropa, recogió los libros:

- Jigo... Jiku... Jigoku Soso... Sojo... -le escucho pronunciar textualmente el título de uno de sus mangas.

- Jigoku Shoujo .- le corrigió ella, diciéndolo con la pronunciación correcta, mientras se acercaba para quitarle el tomo que tenía en la mano.

- ¿Esto era lo que no querías que viera? -le preguntó con curiosidad

No puedo evitar sonrojarse, era un hobbie muy inusual, tanto en la raza humana como en la suya... suponía:

- Así que era por eso .-comentó, recogiendo más tomos que había esparcidos por el suelo.- Es un hobbie... peculiar

- N... No los mires si te vas a reír .-dijo ella haciendo además de quitarle los tomos que tenía en la mano.

Él se apartó de ella, evitando que cogiera los cómics eses que había recogido, tampoco era que se iba a reír de sus gustos, pero verla sonrojada le gustaba y, al ser bajita, comenzó a dar saltitos para coger los cómics. Sin saber cómo, piso algo que le hizo tropezar y caer al suelo, arrastrándola con él. La cosa no acababa ahí, no solo había caído tras él, cayó sobre su entrepierna, si hubieran estado desnudos, el roce hubiera sido mejor de lo que era ahora.

 - Lo siento, ¿estás bien? -se disculpó y la miro encima de él, era una visión preciosa

- S...Si, estoy bien .-respondió ella muy sonrojada.

Sasha sabía que estaba así por su culpa, como para no estarlo, la pobre seguro que no había estado con un macho en su vida y debía de ser porque desconocía sus poderes o algo así, pero la escuchaba en su cabeza. Era cierto, no sabía qué hacer, si moverse o no, pegarle o no. Aunque él también estaba una poco sin saber qué hacer, se incorporo un poco, acariciando su mejilla para hacer la mayor locura de su vida, besar a una hembra que no lo había reclamado. Notó que ella, en un principio, se tensaba y luego se relajaba, correspondiendo el beso que él le daba. No pudo evitar gruñir al saborearla, podría volverse adicto fácilmente.

martes, 24 de marzo de 2015

Wolf´s Love

Capítulo 3

// Unas horas después de lo sucedido\\ 
Sasha ya estaba caminando de vuelta al Santuario, necesitaba descansar... El viejo lo dejó molido y ya no podía ni con el alma, aunque las vistas de la chica, que aun no tenía muy claro el nombre, era un regalo de los dioses. Aunque estos se empeñaran en joderle a base de bien, en buen día se fue a meter en la guarida de una loba en celo, ¿y cómo había acabado sin suplicarle que le dejará demostrarle de lo que era capaz? "Sencillo, Sasha, fue el sentido común. Fue más listo que tus hormonas y quería ahorrarse una muerte lenta y dolorosa" pensó cuando estaba llegando a la calle Ursulines donde se encontraba el Santuario.

-Sasha .-lo saludó Dev, uno de los osos y, también, uno de los porteros.- ¿Dónde te habías metido, lobo?

- Por aquí, por allá, por todas partes. Aunque sabes que siempre tendré un hueco para venir a molestaros .-le respondió después de un encogimiento de hombros.

El oso se río y le dejo pasar, infomándole que hoy había el especial del local. Agradeciendo mentalmente, se adentró en el local y se dirigió a la barra para pedir una cerveza y el especial, un enorme bistec que a saber qué llevaba, pero le sabía como a ambrosía.Cherife, uno de los hermanos de Dev, concretamente de los cuatrillizos, le trajo la cerveza y, más tarde, el bistec. Estaba hambriento después del día que tuvo, al menos la comida le haría bien. Ya descansaría después, ahora lo importante era comer esa delicia.


- ¿Y qué te pareció? -preguntó Abe cuando estaba preparando la comida

- ¿Que me pareció el qué? -preguntó al mismo tiempo Be

- Ese chico... Sasha, creo que era... ¿qué te pareció?

Be respondió con un encogimiento de hombros, mientras lavaba la verdura para la ensalada de Abe:

- No tengo ninguna opinión... -respondió a su hermano, la verdad era que nunca tenía opinión sobre los demás. La gente siempre se hacía ideas contrarias sobre los demás, eso lo odiaba mucho. 

- Yo creo que alguna tienes que tener, no dejabais de observaros mutuamente. Es bastante guapo...

- Abe... -lo interrumpió, mirándole como si se hubiera vuelto loco

- Solo es una opinión... -se excusó, levantando ambas manos en señal de rendición.

Ella negó varias veces con la cabeza mientras terminaba de limpiar la verdura, en cuando terminó, decidió que no tenía hambre y fue a lavarse las manos para quitarse el olor de la asquerosa verdura de las manos. Nada más entrar al baño, sintió un olor extraño, no le dio importancia, ya que podría ser algún olor que se había adentrado desde la calle, a veces solía pasar. Luego de lavarse las manos, fue a su habitación para retomar su "maratón" de anime y se encontró con algo que la asustó un montón. Alguien había entrado en su habitación y la había desordenado por completo: Todos sus mangas, sus peluches, los libros, el portátil, la tele... todo estaba descolocado o por el suelo. Cosas como esas siempre la asustaban y hacía que se echará a temblar sin control. Quiso llamar a Abe, pero en lugar de llamarlo, le salió un grito que valdría para una película de terror.
Debido a ese grito de terror, Abe apareció como si hubiera sido por arte de magia, antes de que tuviera tiempo de preguntar qué pasaba, se contuvo. Él también vio el desastre que había en su habitación y se agachó para ver si no estaba herida:

- ¿Has visto a alguien? -le pregunto cuando se aseguro de que estaba bien.

Solo pudo responder con una negación hecha con la cabeza.

- Tenemos que llamar a la policía .-dijo muy convencido, mientras se levantaba y la ayudaba a hacer lo mismo, aunque seguía temblando.

- No podemos, Abe, no podemos .-contestó ella rápidamente muy asustada.

- ¿Por qué? Han entrado a robar, ¿qué otra cosa se puede hacer? -volvió a preguntas, algo irritado, se notaba por su acento alemán.

- ¿Y qué dirás? "Hola, ¿policía? Quiero poner una denuncia, han entrado en el cuarto de mi hermana, que curiosamente es un lobo tal vez más vieja que yo, creo que sería bueno que busca..." .-dejo la imitación en el aire cuando se percató de algo importante y entró a toda prisa en el dormitorio.

- ¿Be?

Ella ya no escuchó a su hermano, estaba ocupada buscando las carpetas que se supone que guardaba a buen recaudo, una era la "investigación" que estaba haciendo sobre sí misma para descubrir su orígenes y la otra contenía lo poco que sabía del campo de concentración donde había nacido Abe para que pudiera saber de sus orígenes. A parte de los mangas, que parecía que estaban todos, eses carpetas eran como su vida entera, había pasado años, décadas investigando y buscando. Solo consiguió encontrar una de las carpetas debajo de un montón de ropa, era la de Abe, estaba abierta  y los papeles estaban en buen orden, pero se notaba que los habían ojeado. Al solo pensar que alguien... no, ella sabía quién había sido y pensaba darle una buena paliza hasta que confesará:

- Abe... ¿Sasha te dijo algo sobre a qué se dedicaba o dónde vive? -lre preguntó, preocurando que no viera la carpeta o las hojas que ocultaba.

- Creo que mencionó algo de que trabajaba en un bar conocido que está en Ursulines, el Santuario... -respondió aunque no parecía muy convencido del todo.

Ocultó la información de nuevo en su carpeta correspondiente y la escondió en un cajón al azar, luego salió de la habitación, pidiéndole a Abe que ni se le ocurriera entrar hasta que regresará. Salió de casa y se dirigió al bar que le había dicho abe para ir a regañar a ese tal Sasha, no tenía derecho a entrar en su habitación y tirar por la borda todo el trabajo de su vida solo porque el señorito no parecía tener mucho interés en hacer su propia investigación. Pues se iba a enterar, no solo porque hubiera cotilleado la investigación sobre ella, si no porque había cotilleado en la de Abe también y como usará esa información para utilizarla... ese tipo era hombre muerto.

//En el Santuario\\
Sasha ni había tenido tiempo de comer el bistec especial del local, Margie lo había llamdo para que viera una cosa en la consulta. Para la próxima debería ponerse como un lobo rabioso, a lo mejor así conseguía comer esa delicia.
Al menos eso fue lo que pensó hasta que MArgie le mostró a un tigre siberiano que estaba acostado en una de las camillas, a su lado estaba Carson, el veterinario y médico del Santuario, que lo estaba examinando.

- Espero que esto merezca la pena, he dejado a un suculento bistec ahí abajo y me gustaría volver para comérmelo .-comentó mientras veía al katagario, solo estaba inconsciente.

- Esto es mucho más grave de lo que parece, ¿recuerdas al litarian de hace un par de años? -le preguntó Carson

¿Si se acordaba? Había sido todo un espectáculo, todo el mundo katagario estaba con el temor de encontrarse a una tessera que los privara de sus poderes con un simple disparo de una pistola. 

- Claro que lo recuerdo, ¿por qué?

- Porque este katagario ha sufrido lo mismo que Jake, no podemos comunicarnos con él y tampoco puede adoptar su forma humana. Hemos tenido que sedarlo de lo nervioso que estaba... Por todos los dioses, solo es un cachorro .-le explicó Carson

Sasha se acercó para poder oloer al felino y descubrir quién le había dicho eso, con un poco de suerte podrían atrapar a los que aun tenían lo que la pareja de Fury, Lia, había llamado "Pulso". Un arma creada por un arcadio en el futuro y que enviaba pulsos eléctricos por todo el cuerpo de la víctima, quitándole todos los poderes y atrapándolo en su forma original. Pero en ese tigre había algo raro, no olía a ningún arcadio de ninguna especie, olía a.. humano, completamente humano. ¿Qué coño significaba eso? Era imposible que un humano hubiera conseguido hacerse con el Pulso y menos si no sabían de su existencia, bueno, solo un grupo reducido.

- ¿Qué pasa? -pregunto Carson después de un rato

- Esto es muy raro... Este tipo huele a humano, completamente, no hay ningún otro olor en él.- respondió con un tono algo preocupado, había armas de esas pululando por ahí y lo peor de todo es que podía tocarle a cualquiera...

- ¿qué significa esto? Creía que habían atrapado al creador de ese arma y que habían destruido todas las armas .-dijo el halcón, Carson, muy confuso.

Él tampoco lo entendía, lo único que se le ocurría era que tenían que avisar al Omegrion para que estuvieran alerta de lo que estaba pasando. No podían permitir que todos los suyos volvieran a sentir el miedo que habían pasado hace unos años, tampoco podían permitir que se descubriera de su existencia. No quería ni pensar en lo que pasaría si todos los humanos se enterarán de que convivían con animales, seguro que se montaría un espectáculo peor que cuando el mundo se estaba acabando en el 2011. Estarían en peligro, todos ellos.

- Em... Chicos.- dijo Margie desde el otro lado, donde se emplazaba el despacho de Carson.- Dev acaba de decire que te están buscando, Sasha, creo que ha dicho que es una chica y que quiere que bajes ahora mismo- ¿En qué lío te has metido esta vez?- pregunto con mirada pícara.

Eso le dejo extrañado, ¿una chica le estbaa buscando? Que él recordará no se había acostado con nadie... Con la curiosidad en el cuerpo, bajo al bar y se detuvo en la puerta de la cocina, observando a la clientela humana, arcadia y katagaria que estaba allí. No vio a nadie que le resultara familiar, salvo los clientes habituales de los osos,eso pensaba hasta que se fijo en la chica que hacía unas horas le había vuelto loco. Phoebe había ido a verle y lo primero que se le paso por la cabeza fue que había ido porque le había elegido como compañero de noche, aunque ese pensamiento lo abandonó cuando se fijo que en su cara no había ningún indicio de necesidad o algo por el estilo. Parecía enfadada con él por algo que se le escapaba:

- ¿Dónde la escondiste?- preguntó en cuanto se acercó a él, haciendo que estuviera más confundido.

- ¿Dónde he escondido el qué?- le preguntó para que le echará una mano y descubrir de qué estaba hablando.

- No te hagas el tonto, has entrado a mi cuarto y lo has revuelto todo para robarme algo importante, dime dónde está.

- Yo no he entrado a ningún sitio y menos a tu cuarto.- respondió cruzándose de brazos, se había vuelto loca.- Bien has visto dónde he estado las últimas horas, ¿cómo podría haber estado en tu tienda y a la vez ir a fisgonear a tu cuarto?

- seguro que tienes algún cómplice, pero para que te quede claro, machote.- le dijo, pinchándole con un dedo en el pecho.- Sé lo que eres y me da igual los motivos que tengas para acecharme, pero como no me devuelvas lo que es mío o le hagas daño a Abe, no dudaré en hacer que lo pases mal y de la peor de las formas que puedas imaginarte.

Seguía sin entender de qué estaba hablando, la estaba mirando muy sorprendido, menos mal que no podía ver que le había disparado las hormonas de nuevo. Solo podía mirarla mientras seguía pinchándole en el pecho, solo el contacto hacia que fuera mejor que cualquier cosa. De la nada se le paso otra pregunta por la cabeza, si el contacto era bueno... besarla y pasar la noche con ella sería aun mejor que eso, muchísimo mejor:

- ¿Me estás escuchando?- le gruño por lo bajo

- Claro, pero hay algo que se te escapa- le dijo, después de superar a las hormonas de nuevo

- ¿El qué? No ha podido ser otra persona...

- TE equivocas, si hubiera sido yo, lo habrías olido, no eres la única que sabe un secreto. Ahora mismo todos aquí saben lo que eres y no han tenido que verte transformarte para eso, bueno, salvo los humano. Pero no te molestaste en memorizar el olor que había en tu habitación para descubrir al verdadero culpable y para demostrarte que yo estoy limpio en todo el asunto, te ayudaré- le explico para ver como su hermoso resotro cambiaba la expresión enfadada por una de confusión y luego, sorpresa.

- ¿Q-Qué quieres decir?- le preguntó ella al percatarse de que todos los seres sobrenaturales que estaban en el local sabían lo que era, sobretodo la manada de katagarios lycos como él que no paraban de mirar a la chica.

lunes, 16 de marzo de 2015

Wolf´s Love

Capitulo 2
¿En qué estaría pensando Abreham?¿Acaso no estaba escuchando sus advertencias? Ese tipo no era normal y no normal de “Os voy a robar toda la pasta”, era más de “Soy un ser sobrenatural que os comerá el alma, mortales”. Había visto demasiadas películas, antiguas y modernas, en ninguna nadie acababa bien. Fue corriendo de vuelta a su cuarto y se encerró allí para calmarse, ese desconocido olía a lobo, puro y duro, no había otra cosa en el que demostrará lo contrario. Otra cosa que le había llamado la atención había sido su manera de mirarla, él sabía lo que era y lo que le pasaba en ese momento, con Abe no era problema porque no se daba cuenta, pero ese desconocido, como se llamará, lo sabía y ella se había dado cuenta de eso porque sus ojos se dilataron por el deseo. Lo sabía. Debía ser algún monstruo que la violaría y se la comería de aperitivo. Se transformó y se deslizo por la puerta hasta quedar en el suelo, apoyando la cabeza en las piernas mientras se las abrazaba. ¿Por qué tenía la sensación de que ese tipo iba a cambiarla?

//Unas horas después\\
Sasha estaba cansado, ¿cuántos muebles y trastos tenía el viejo ese en su tienda? Parecían no tener fin, ¿acaso era como el bolso de Mary Poppins? Estaba agotado, de tanto cargar cosas, juraría que mañana tendría agujetas y todo. Lo más curioso era que la supuesta “nieta” no había aparecido, eso demostraba que la katagaria que estaba arriba en la casa era la “nieta” de ese señor. Miro al techo cuando el viejo entró a la trastienda, tal vez para ir a ver a la chica, había estado tan concentrado en lo que el viejo le estaba pidiendo que se olvido por un momento de que arriba había una katagaria en celo. Se pregunto cómo sería en su forma humana, cerró los ojos e intento imaginarlo; aunque lo que le venía a la cabeza era su tipo de chica ideal, pero esta vez la imagino con el olor de la katagaria de arriba y el bulto volvió a su entrepierna y pensaba que escapar de la gente que lo quería muerto era malo.

-          Oye, Sasha…
Se sobresaltó al escuchar la voz de Abe detrás de él. En la última hora habían congeniado bien, para ser un humano era muy agradable, hasta podía devolverle las pullas y todo. Aunque el viejo era muy listo, cuando sacaba el tema del lobo mentía y cambiaba algunas cosas.

-          ¿Qué pasa? –le pregunto sin moverse para que no viera a… su “amigo”
-          Voy a por algo de beber, has estado trabajando mucho. ¿Quieres algo de comer ya de paso? .-le respondió y preguntó

-          Algo de comer no, pero te agradecería una cerveza .- respondió

-          Voy a dejarte un momento solo, ¿estarás bien?

Sasha miro a su alrededor, aun había cosas que tenía que transportar y mover:

-          Claro, si hago algún movimiento sospechoso, Be se me tirará encima .- bromeó con una sonrisa de lado

Abe comenzó a reírse y lo dejo solo en la tienda. ¿Qué cojones? Seguiría moviendo cosas, no quería volver a distraerse, aunque ahora pudiera irse tan tranquilamente. “¿Y por qué no lo haces? Si que eres tonto” pensó para sí, cogiendo una caja llena de candelabros y cosas por el estilo para colocarlas sobre unos estantes. Si Zarek lo viera aun se descojonaría de la risa.

Be aun estaba en su cuarto, tumbada en la cama y viendo anime, cuando Abe entró para decirle que iba a salir un momento y dejaba a Sasha, el desconocido, en la tienda para que terminará de colocar algunas cosas. Que al menos se molestará en bajar para vigilarlo, solo por si las moscas, ella no quería… ¿Qué pasaba si ese tipo le hacía algo malo? “No quiero…” pensó para sí mientras se levantaba e iba a ver a Sasha a la tienda. Se detuvo antes de bajar las escaleras y pensó en cambiar de forma, seguía en forma de lobo, y haciendo algo parecido a un encogimiento de hombros se transformo en humana. Estaba desnuda y tuvo que regresar a su cuarto para poder vestirse, luego de hacerlo, bajo a la tienda y se mantuvo a una distancia prudente. El tipo, Sasha, se volvió a mirarla cuando apareció.
No estaba nada mal, bueno, estaba muy bien. Era alto, siempre le habían gustado los altos, y era algo moreno; tenía los ojos azules y el pelo rubio que le llegaba a la altura de los hombros. Tenía que admitirlo, ese chico estaba para comérselo, pero debía recordar que no era normal. Era algo que desconocía, algo como ella o peor:

-          Hola… -le saludo con un hilo de voz.

Tardó un buen rato en responderle, a saber en qué estaría pensando mientras la miraba.

Sasha acababa de terminar de colocar algunas cosas en una vitrina cuando volvió a oler ese olor, la hembra había salido de su escondite y lo estaba mirando desde la puerta de la trastienda. La chica era algo bajita, pero no tanto, su cabello era largo y negro, con los ojos azules claros. Era realmente hermosa. Pero su olor aun persistía en el aire, si que era preciosa; y aun tardó mucho en responder cuando le saludo. Su mente había vuelto a ser invadida por las hormonas, hacia mucho que no le pasaba eso.

-          Hola… -devolvió el saludo, por fin.- Soy Sasha… yo… estaba…

-          Ayudando al abuelo a ordenas las cosas, ya me lo ha dicho antes de irse… -miro la tienda, mientras caminaba, observándolo todo.- ¿Necesitas ayuda? –le preguntó

“ Si es para aliviar el dolor que tengo, adelante” pensó y casi lo había dicho, menos mal que su cabeza seguía funcionando a un nivel normal, pese a las hormonas. Se había quedado embobado mirando cómo se paseaba por la tienda, apenas podía pensar en algo racional. Se echo un poco hacia atrás cuando ella se acercó a él, tenía ganas de enterrar la cara en su cabello, ¿por qué las Moiras lo torturaban? Había tratado bien a su adorada hermanita, ¿por qué le hacían esto? Y no solo era su olor, tenía un buen trasero, uno de los mejores que había visto…

-          Hola~ Te estoy hablando .-le chasqueo los dedos para devolverle de su ensoñación

-          ¿Decías? .-preguntó volviendo la vista a su rostro

-          ¿Necesitas ayuda? –le miro con el ceño fruncido.- Eres un poco raro

-          Supongo, creo que dicen que en el mundo tiene que haber de todo y no, no necesito ayuda. De momento estoy bien… -respondió algo nervioso, esperando que no se le notará nada sospechoso.

-          Si necesitas algo llámame, estaré en la trastienda .-le dijo

Seguro que estaría allí para poner distancias entre ellos, para que no la oliera, muy astuta, él también lo haría si fuera un hembra que no quiere llamar la atención. Observó cómo movía esas caderas suyas y que le dejaban hipnotizado, estuvo un rato largo observando la puerta de la trastienda.

// En otro lugar\\
-          ¿Estás seguro de que funcionará? .- pregunto un hombre muy dudoso a la Sombra que estaba apoyada en la pared del callejón en el que se encontraba.

-          ¿Quieres comprobarlo? .- le preguntó a la vez la Sombra

El hombre estaba dudoso y se fijo que que el hombre misterioso se acercaba a lo que parecía un montón de basura, pero que, en realidad, era una jaula con un enorme tigre dentro.

-          Este es un katagario, dispárale en la cabeza y se quedará así para siempre .-le explico, con una sonrisa como la de un malvado de una película cutre

El hombre dudó un momento, pero… él nunca se había preocupado por esas criaturas, solo quería exterminarlas a todas. Con mirada inexpresiva, apuntó hacia el monstruo que tenía delante. Disparó y dejo inconsciente al animal, que comenzó a cambiar de forma intermitentemente. Era perfecta, con eso por fin podría acabar con el monstruo que desde hace décadas él y su organización habían estado buscando, la sujeto 001 estaría bajo su poder y descifrarían el misterio de la vida esterna para poder devolverle la vida a su señor.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Wolf´s Love

Prólogo
Hace mucho tiempo

Un gran lobo blanco yacía desfallecido en la ardiente arena del desierto, malherido, sangrando, esperaba la muerte. Así alegraría a alguien por lo menos, si no moría a esas alturas, alguien lo mataría pronto y esa persona le odiaría mucho. Respirando a duras penas, esperando la muerte, noto que el sol brillaba con más intensidad, a los pocos segundos se dio cuenta de que no había sido a causa del Sol. Abrió los ojos para encontrarse con la joven más hermosa que había visto en la vida, pero sus instintos despertaron y, contra todo pronóstico, intento ponerse de pie. El animal que era decía que no podía morir sin luchar y eso pretendía hacer:

- Te ofrezco un trato lobo.- le dijo la mujer que se erguía sobre él

- ¿Q-Qué trato? -pregunto telepáticamente, era la única forma en la que se podía comunicar en su estado.

- Te ofrezco mi protección y mis cuidados hasta que seas capaz de defenderte de los que te persiguen .-le explico ella.

- ¿A cambio de qué? .- volvió a preguntar el lobo mentalmente.

- Soy una ninfa de la justicia, siempre tendré que juzgar a alguien, pero necesitaré la ayuda de alguien, porque cuando estoy en el mundo humano mi vista me impide ser imparcial. Quiero que tú seas mis ojos, Sasha .-respondió ella, agachándose para poder examinar sus heridas.

El lobo gruño la cercanía de la mujer, pero parecía que no estaba mintiendo, fue entonces cuando Sasha aceptó el trato de la ninfa.

Alemania, 1945

Henry Dickinson acababa de perder a su esposa en un accidente automovilístico, apenas tenía familiares vivos y, desgraciadamente, nunca había tenido hijos. tendría que acostumbrarse a estar sin su mujer para lo que le quedaba de vida, aun podía oler su perfume y escuchar el sonido de su voz. Allí parado bajo la lluvia que caía en la ciudad de Berlín, solo en el cementerio:

- ¿Qué voy a hacer sin ti, Li? .-preguntó a la tumba de su difunta esposa. 

Acababa de formular la pregunta cuando un movimiento delante de él le llamo la atención, extrañado, se acercó hacia una de las tumbas cercanas allí. Se encontró con una niña que estaba completamente desnuda y se cubría el cuerpo para mantener el calor, acurrucada junto a un mausoleo. Se acercó un poco para poder abrigarla y de la nada, la chiquilla se convirtió en un loo al instante mientras comenzaba a gruñirle en forma de advertencia. La pobre debía estar muy asustada por alguna razón y él no era quien para seguir asustándola, se quito el abrigo lentamente y espero a que se acostumbrará un poco a él.

Se tardo un rato en poder acercarse lo suficiente a lo que fuera eso para poder taparla y que no tuviera frío, parecía que al ver eso, la cachorro parecía algo más calmada. Le ofreció la mano para que viera sus intenciones y que no era mala persona, el lobo olisqueo y lamió los dedos que estaban empapados por la lluvia. Acarició su pelaje negro y luego al otro rato, la cogió en brazos, llevándola con él a su solitaria casita. Tal vez, solo tal vez, ese ser se había interpuesto para darle una razón para seguir viviendo, igual que el bebé que su espoda, Lillian, y él habían adoptado hacía poco.

Capítulo 1 
Nueva Orleans, en la actualidad
- Be, necesito que me ayudes con esto, despierta .-dijo la voz de un anciano desde un lugar que la joven no podía ubicar.

Phoebe Dickinson se estaba desperezando después de haber dormido, en la forma en la que había nacido, cualquiera pensaría que era un lobo salvaje, pero estaba tan acostumbrada a la gente que se podría decir que estaba más que domesticada. Se sacudió para terminar de despertarse, era su rutina, ubicó la voz de "su hermano" en el local que tenían abajo:

- Dame cinco minutos, Abe .-respondió ella, luego de haber adquirido su forma secundaria.

Al poder hacer eso, su padre y hermano habían pensado que era algún tipo de experimento nazi, pero la verdad era que había sido siempre así. Aunque no se acordaba con exactitud, solo recordaba a Henry en el cementerio. Su físico era esbelto que cualquier modelo mataría por conseguir, su cabello era largo, negro y liso; sus ojos eran como lo que Henry describía como "el cielo de verano" por su azul tan claro. Se adentro en el baño para poder darse una ducha rápida antes de ir a ver qué quería Abe, se vistió y fue al anticuario donde su hermano comerciaba con las antigüedades que le vendían los ricos o algunos ancianos.

Cuando llegó al piso inferior, se quedo un momento viendo como su hermano vendía una antigua cómoda. A veces odiaba ser como era, ella había nacido mucho antes que Abe, pero su apariencia era la de una veinteañera mientras su hermano estaba en la vejez. Era el secreto familiar. Para el resto de personas, ella era una nieta que había quedado huérfana, nunca pudo llamarle como se merecía fuera de la casa; a veces se veía rebajada a llamarle "abuelo" o simplemente po su nombre, Abe, era tan frustrante. Se quito ese pensamiento de la cabeza y se acercó a la trastienda, donde también tenían la cocina y se preparo un sencillo desayuno: Comida de perros y tostadas. No sabía porque, pero esa comida artificial estaba deliciosa y tenía un sabor adictivo que le encantaba. Se apoyo en la encimera y comió en silencio, untando la comida de perro en las tostadas, repasando lo que tenía que hacer durante el día. Era muy curioso que un lobo viviera en una ciudad conocida por ser la morada de vampiros y aun encima trabajará en un anticuario.

- Un trasto menos .-dijo Abe, suspirando.- Necesito que cambies algunas cosas de sitio, ya sabes, algunas son muy pensadas.

"Porque yo soy más fuerte que tú" pensó en silencio, por alguna razón que no entendía, sus sentidos y su fuerza era superiores a la de cualquier humano. Otro nuevo punto para su investigación ahora que lo recordaba:

- Cielo santo, ¿cómo puedes comerte eso? -pregunto su hermano al que había cuatro latas de comida de perros vacías.

-Sencillo, hermano, siendo un lobo y comiendo. Está delicioso, además... tú comes ensaladas y nunca me he quejado .- respondió ella dándole el último bocado a su tostada.- Voy empezando ya, no quiero que tengas que hacer esfuerzos innecesarios.

- Oye, seré viejo, pero todavía tengo chispa .-se quejo Abe

Riendo, Be se adentró en la tienda para poder organizarla. Que curioso que siendo un animal tuviera sentido de la organización.

Sasha Lycos andaba paseando por las calles de New Orleans, hacía años que estaba yendo de vez en cuando y no era para menos. Astris, su amiga y, casi, como una hermana para él, llevaba 7 años casada con un psicópata loco al que había juzgado en Alaska y cada vez que los veía juntos le daban arcadas. Por eso se pasaba por el Santuario la mayoría del tiempo, la otra parte se la pasaba merodeando por alguna parte remota, pero en esa ocasión estaba muy aburrido, prácticamente había recorrido el mundo entero y estaba aburrido, ya no sabía qué hacer para no estar aburrido. Había salido solo porque no quería soportar a los osos del Santuario y demás gente de su mundo paranormal:

- Mami, mami, mira tiene buena pinta .-escuchó la voz de una niña al otro lado de la calle. 

Giro la cabeza para ver de qué se trataba, era una niña de la edad de la pequeña Kyra. Eso le hizo pensar en sus "sobrinos", tendría que pasarse por casa de Astrid para hacerles una pequeña visita, con tal de fastidiar al griego, siempre era un placer. además de que a los niños les encantaban sus visitas, ellos y su madre eran las únicas razones por la que aun aguantaba al mundo. Astrid era muy importante para él, pero desde que ya no era jueza no tenía nada que hacer. Retomó su camino hacia ninguna parte y, al poco rato, se detuvo en un anticuario que hace años debió de haber sido una casa. Se fijo en los antiguos muebles que parecían estar desordenados por toda la tienda, parecía que los estaban recolocando, "¿Para qué querrá la gente estos trastos si la mayoría prefiere seguir las modas modernas?" se preguntó mientras observaba unas figuritas que debían de ser del siglo pasado por lo menos, no entendía por qué le estaba buscando sentido a que la gente vendiera lo que prácticamente era basura, pero ahí estaba. Mirando el escaparate como un completo idiota, mientras le buscaba el sentido; se sobresaltó cuando escucho que algo se rompía en el interior, alzó la vista y vio a un viejo junto a un... ¿¡Lobo!? Eso sí que era sorprendente, aquel tipo parecía un humano normal y corriente, no parecía nadie sobrenatural. antes de darse cuenta de lo que hacía, se estaba adentrando en la tienda para ver mejor al lobo.

- Buenas tardes, joven, ¿en qué puedo ayudarle? -le pregunto el anciano en cuanto lo vio en la puerta.

- En nada especial .-respondió.- Pasaba por aquí y me fije que su... mascota no puede hacer gran cosa, más bien sería, ¿podría ayudarle yo a usted? -dijo algo guasón, así era él.

El viejo se rió un buen rato, lo que le permitió a Sasha fijarse en el lobo, más bien loba; se estaba alejando de él como si supiera que no era normal. Tenía el pelaje negro y ojos azules, casi como él.

- Esa fue buena, muchacho, pero mi nieta volverá pronto. Ella me ayudará .-respondió esquivamente, estaba mintiendo, lo olía.

- Bueno, pero a lo mejor a los clientes no les gustaría encontrarse con esto, ¿no crees? -¿Qué coño estaba haciendo?

- Bueno... visto de esa forma, tienes razón, pero seguro que tienes cosas mejores que hacer .-respondió de nuevo, pero esta vez no estaba mintiendo.

-Créeme, viejo, no tengo nada mejor que hacer

Nada más haber llamado así al anciano, el lobo le gruñó ofendido, ni que se hubiera dirigido a ella. Vio que el anciano le echaba uno de esos spray con agua que se usan para domesticar a los perros problemáticos:

- Tranquila, Be, el muchacho solo está de broma .-le regañó y luego lo miró a él, sAsha esperaba que no fuera a usar ese chime con él.- Tienes que perdonarla, es muy fina.

Wow, un lobo fino y Astrid decía que él lo era.

- No pasa nada, a veces suele pasar, ya sabe. Los perros tienen muchas personalidades, sobretodo si se trata de sus dueños .- le resto importancia al asunto y se agacho para acariciar el pelaje del animal.

Entonces lo olió, era un olor débil pero perceptible, la esencia de alguien como él, una katagaria y que aun enciam estaba en celo. "¿Para qué habré entrado aquí?". Se había metido en la boca del lobo y ahora no podía irse sin más. La loba le mordió y salió corriendo hacia la trastienda a ocultarse:

- Be, por el amor de Dios .-le gritó el anciano.- Debe de haber tenido un arrebato, suele pasarle, pero es una buena chica. ¿Estás bien?

- Si, no es nada del otro mundo, estoy acostumbrado .-respondió, solo era un mordisquito comparado con los que le dieron a lo largo de los siglos.

- Bueno, aunque ya dije que no hacía falta que me ayudará, solo tengo que esperar por mi nieta, estará por llegar.

Que pesado el viejo con las evasivas, ya sabía su secreto y le importaba una mierda las razones que tuvieran para ocultarse, se aburría, joder, quería hacer algo:

- Mira, te seré sincero, viejo, la verdad es que me aburro y no quiero estar rascándome las pelotas. Solo entré en la tienda porque parecía necesitar ayuda, aunque tal y por cómo me está mirando ahora debes estar pensando que soy un ladrón, no, no lo soy. ¿Qué más te da? -le dijo antes de que pudiera contenerse.

- chico, los tienes bien puestos, si señor .-se quedó un momento pensativo.- De acuerdo, puedes ayudarme, pero si veo que falta algo, dejaré que Be se te tire encimas.

Lo que le faltaba, una frase de doble sentido para que se le dispararán las hormonas. Era justo lo que necesitaba después de haber olido a la hembra.
El señor le pidió que le ayudará con un mueble viejo muy grande para poder moverlo hacia una pared, ahora tenía tiempo para "ejercitar" musculo y para pensar en la manera de que no se le notará el bulto de la entrepierna.