martes, 10 de febrero de 2015

Regalito de Dasha

"Genial, simplemente genial. ¿Y ahora qué hago?" pensó Nick Gautier sentándose en un tronco caído. Era la última vez que convencía a su madre para que le dejara ir a una excursión, lo castigaría de por vida por el simple hecho de haberla preocupado. No sabía qué hacer, si moverse o quedarse donde estaba; si se movía podría encontrar a los demás y, por otro lado, perderse más de lo que ya estaba. Eso le pasaba por fiarse de sus compañeros, si no se hubiera fiado de su "Vamos a cazar ranas, será divertido" no estaría en esa situación. Ladeó la cabeza para olvidarse de aquello, se levanto para caminar por los alrededores, quizás encontraba al grupo y así evitaba el castigo de por vida de su madre. Antes de que pudiera atravesar el riachuelo que estaba cerca , notó que algo le pincho en el tobillo y termino por caer al suelo, al poquito sintió mucho dolor, provocando que al poco se desmayara.


-¡Poseidón!¡Poseidón!-grito Sapphira esperando que su esposo apareciera, necesitaba su ayuda para salvar al niño que habían encontrado sus hijos.

El dios del mar griego apareció en la entrada de la cueva donde se ocultaba con sus hijos que el dios le había dado. Sus hermosas facciones tenían una expresión preocupada, normal si había usado un tono angustiado, su esposo solo aparecía sin avisar si tenía tiempo o si les pasaba algo a ella y a sus hijos.

- ¿Qué ha pasado?¿Estás bien?¿Los niños están bien?¿No habrán aparecido de nuevo verdad? -pregunto a todo correr y con tono de preocupación

- Tranquilo, estamos bien. Bueno... salvo él.- respondió ella mostrandole al niño que descansaba sobre un montón de pieles.- Tienes que ayudarlo

Sapphira observó como su marido se acercaba al muchacho y examinaba su estado, vio que sus elegantes manos se movían mientras hacía que el agua del bol que había utilizado para aliviar la fiebre del muchacho se movía a su alrededor y poder ayudarlo... o eso creía.

- ¿¡Qué estás haciendo!? -le grito cuando vio que pretendía ahogarlo

-Librarme de él, os ha visto.- se excusó.- Podría poneros en peligro, yatáki -"gatita" en griego.-

- Ah, no, nada de "yatáki". No vas a lastimarlo, ¿y en serio crees que un niño de siete años podría hacernos daño? Por favor, pececito, el pobre está tan lleno de veneno que pensará que ha sido un sueño.- le regaño señalando al niño.- O lo ayudas o cumpliré la promesa que te hice cuando nacieron los niños.

Vio como su marido se ponía pálido y se dispuso a hacer lo que le había pedido, de la nada sus cachorros (Gles, Attis y Thanos) entraron a la cueva como si fueran una estampida antes de abalanzarse a su padre para mordisquearlo y que jugará con ellos. Sapphira se transformo en su forma animal y quito a Gles y Thanos de encima de su padre, mientras Posi apartaba a Attis y lo dejaba sobre su regazo. Un momento más tarde entró su hijita, Dasha, y se unía a Attis en el regazo de su papá, Gles y Thanos no se daban por vencidos y seguían intentando hacer que su padre jugará con ellos.

- Ahora no, hijos, tengo que hacer algo importante para que mamá no me haga nada malo. Después .- se disculpó y procedió a curar al niño, mientras sus dos hijos tranquilos observaban lo que hacia su padre.


Nick recuperó la consciencia y se despertó, ¿de la nada había aparecido en una cueva?¿Cómo?¿Por qué? Y lo más importante de todo, ¿cómo había llegado allí?¿Cuánto tiempo había pasado? Tenía la sensación de que había pasado mucho tiempo, se sentó en el suelo y vio que la cueva era como una casita, "Estoy en el País de las Maravillas. ¿Dónde está el Sombrerero Loco y su fiesta del No Cumpleaños?" pensó para si mientras se levantaba y salía de allí encontrándose algo entre lo asombroso y loco.
Fuera de la cueva había un hombre muy alto, jugando con unos cachorros de leopardo de las nieves. "No estoy en el país de las maravillas, estoy en el país de los locos. Mejor me voy y así busco a mi grupo, eso si no me dan por muerto" pensó caminando despacio, escuchando un sonidito y se dio cuenta de que había un cuarto leopardo al que le había pisado la cola. Eso provocó que llamará la atención del hombre y los otros cachorros que corrieron hacia él para empezar a morderlo por donde podían:

- ¡AY!¡Atrás, gatos, iros a buscar un ovillo de lana! -intento quitárselo de encima, pero no podía

-Niños, dejad en paz al pobre muchacho, ha sido sin querer.- dijo el hombre que se los quito de encima y se le quedo mirando como si quiera matarlo

"He encontrado un mercado negro de animales exóticos. Van a matarme para silenciarme" pensó en ese momento

- Posi, deja de mirarle así. El niño no lo ha hecho intencionadamente .-le regaño una mujer muy guapa que se acercaba a ellos.- ¿Ya estás mejor?

-S-si... N-No diré nada, lo juro

Tanto el hombre como la mujer se miraron sin entender nada de lo que estaba diciendo.

- N-No le diré a nadie que trafican con animales exóticos, me lo tendré callado, lo juro, lo juro

- Nada de eso, pequeño, no estamos traficando con nada.- se explico la mujer.- Lo que pasa es que es algo difícil de explicar, de momento, dinos como te llamas

-Nick Gautier...

-¿Qué te ha pasado, Nick?¿Te has perdido?

-Si... Iba con mi escuela a visitar el bosque, iba a buscarlos cuando me desmaye

- Ya veo, si quieres puedo llevarte con ellos

-¿Sabe dónde están, señora? -le pregunto él asombrado

- Si, pue...

- Lo llevaré yo .-dijo el hombre interrumpiendo a la mujer

Sapphira estaba sorprendida por lo que había dicho su marido, lo bueno era que lo había dicho amablemente y no parecía que tuviera intenciones de hacerle daño. Le explico al niño que su marido lo llevaría con su grupo y que no le pasaría nada.
él la creyó y agradeciendo que lo estuvieran ayudando, se disponía a seguir al hombre cuando desaparecieron y aparecieron cerca del grupo de la clase de Nick:

- ¿¡Cómo!? -se pregunto antes de mirar al hombre y volvió a desmayarse

Nick ya estaba cansado de desmayarse, decidido: no volvería a ir a una excursión. Dejaría que su madre ahorrará dinero para poder comprarse algo bonito, así no volvería a pasar por aquello y todos contentos. Se llevo la mano a la cabeza, la tenía vendada, que extraño; seguro que al desmayarse antes se dio contra una roca o algo. Se acordó de la pareja y los leopardos que se había encontrado, "El golpe te llevo a soñar eso, seguro. Es imposible que haya leopardos de las nieves en Lousiana, no es su hábitat" pensó para si.
FIN 


Es mu´cutre, es un mal regalo, bueno no sé. Seguro que me dirás "No, mujer", pero yo no lo veo tan bien D: 
Gracias por haber aparecido en mi temporada mala, disfruta mucho de lo que quede de tu día. Felichidades~