domingo, 20 de octubre de 2013

Amor Oscuro

Capítulo 8

Hacia mucho tiempo que Kiba no estaba tan encendido, ya ni recordaba la última vez que había estado con una mujer. Comenzaba a notar como poco a poco Phoebe iba cediendo, le soltó el rostro y bajo las manos hasta la cintura de ella. En ese momento no importaba nada, ni nadie y sentir los brazos de Phoebe abrazándole fue superior a sus fuerzas, quería más. Bajo un poco más las manos, hasta los bolsillos traseros de su pantalón e hizo que ella estuviera más cerca de él. Ella soltó un leve gemido sobre sus labios, podía sentir lo que ella sentía y el miedo que sentía hasta hacia unos segundos desapareció, pero ahora volvía a asustarse y no entendía el porqué:

- Kiba, para -le dijo 

- ¿Qué pasa? -le pregunto deteniendo el beso.- ¿No te gusta? 

Ella desvió la vista y le aparto de un leve empujón, volvía a estar incómoda y algo más que Kiba no podía descifrar. Era como si ella hubiera levantado una coraza a la que él ya no podía acceder. 

- Sé lo que estás haciendo... 

- Claro que lo sabes, te estaba besando. -se quejo 

- No, eso formaba parte de tu plan o algo así -le dijo retomando el camino de vuelta a casa.- Sólo te voy a decir una cosa, si se te pasa por la cabeza utilizarme a mi o cualquier otro para poder matar a Ash... estarás cavando tu propia tumba y dudo que quieras volver a como estabas antes. Piensa bien si lo que estás haciendo te devolverá lo que una vez perdiste.

Kiba se quedo allí parado, mirando como Phoebe se iba. ¿Cuándo había descubierto lo que pretendía? Eso le empezó a cabrear mucho, las palabras de Phoebe resonaban en su cabeza y le cabreaba. Sin ganas de querer verla ni de recordar sus palabras, se teletransporto a Katoteros. Se dirigió hacia sus aposentos y dio un buen portazo, ¿Qué iba a hacer ahora?

Phoebe iba caminando sola hacia casa, aun le quedaba un buen tramo cuando noto que un grupo de daimons la seguían. Nunca se iban a cansar de intentar quitarle el alma, si lo llegaba a ver antes podría haber cogido una de las espadas de su padre, así les podría hacer frente, pero estaba desarmada. Empezó a correr para poder despistarlos y cuando giro en una esquino, choco contra alguien. 

-¿Estás bien, Phoebe? - le pregunto Tabitha 

La gemela de Amanda estaba vestida con ropa de premamá e iba con Valerio que se notaba que andaban de patrulla. "Gracias a los dioses." pensó Phoebe cuando los daimons giraron por la esquina, entonces Valerio lo entendió. Sacó las armas y pulverizo a los daimons en un abrir y cerrar de ojos. El resto que la seguían huyeron como cobardes: 

-¿Se puede saber que hacias tú sola por ahí? Deberías de estar ya en casa. -la regaño Valerio

-Y allí iba, lo que pasa es que... tuve... un pequeño problema -respondió algo tímida

-¿Qué pasó?

Phoebe desvió la mirada, no quería que nadie se alarmará por lo que había pasado y lo que sabía de Kiba. Ambos al ver que no respondían se ofrecieron para llevarla a casa, aunque no era una sugerencia era una orden por parte de Valerio. No quería ni saber que le pasaría a Kirian cuando se enterará de eso.

Ashley ya había vuelto a casa hacia unos instantes, se sentía muy cansada ¿y como no estarlo? Había echado los mejores polvos de su vida, además que Tyler era de su tipo. Si se paraba a pensar en lo que hicieron... joder y penasaba que ella tenía aguante. A saber como le dejo la espalda al pobre del chico. 
Aunque las risitas que se apoderaron de Ashley desaparecieron en el momento en que una quemazón en su mano derecha la hizo jadear de dolor.

-¡Qué coño! -grito moviendo la mano rápidamente para quitarse el dolor. 

Cuando este paso, Ashley se miro la mano. ¿Qué habia pasado y por qué tenía la mano marcada? El dibujo era hermoso si estuviera plasmado en un papel o en un cuadro, pero no en su mano. ¿Qué significaba eso? 


En el Santuario, Tyler se estaba mirando incredulo la mano, hacia unos momentos que su mano comenzo a quemarle y de repente, tenía la marca de emparejamiento en la mano. 

- ¡Hijas de puta! -grito al techo

Genial, ahora estaba emparejado con alguien y sería un puto eunuco durantes tres semanas y para toda la  vida si no se emparejaba. Putas Moiras, escogieron un buen momento para emparejar a alguien, pero escogieron al lobo equivocado. 

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