lunes, 8 de diciembre de 2014

Zack Fair estaba sentado tomando su dosis de cafeína en el salón de la casa Hunter, cuando de repente noto que algo le caía en la cabeza, lo cogió y descubrió que alguien le había puesto una corona de margaritas. Como odiaba eso, no le gustaban las coronitas, ni las flores, ni las cosas bonitas, solo le gustaba una cosa. Su preciosa Mei, que en ese momento estaba de viaje.

- Jajajajajaja, tío, menudo mariquita estás hecho

Alzó la vista y vio a Nick Gautier, un cabrón en toda regla que siempre se burlaba de él. Le miró con su mirada de asesino, algún día agotaría su paciencia y le daría una buena paliza que haría que se callará, con un poco de suerte hasta lo mataba y todo. Así libraría a algunos de tener que aguantarle.

- Cállate, Nick -le tiro la corona de flores a la cara.- Estás agotando mi paciencia y te juro que te daré una paliza 

- Pero si solo era una broma, hombre, hay que ver como te lo tomas todo tan en serio .- se encogió de hombros y se puso la corona en la cabeza.-

- Lo que hay que ver es lo ridículo que estás con eso puesto, pareces un hada trasvestida .-se burlo él en esa ocasión 

- Por lo menos soy un buen hermano mayor, no como otros que dicen serlo y, en realidad, son todo lo contrario .-le respondió el cajun.- Si no adoras a tu hermana como un segundo padre es que fracasaste como hermano mayor. ¿Cómo vas a llenar una casa de críos si ni siquiera saber hacer el tonto para uno?

Lo que le faltaba otra charla del gran Nick Gautier, estaba hasta las narices de esas charlas. Se levanto para irse de esa habitación, a la zona más alejada a ser posible, no iba a escuchar esas ridículas charlas. No era el hermano mayor de nadie y no iba a serlo, ¡de dónde habrá sacado ese la idea absurda de que quería llenar una casa de críos? ¿Acaso conocía a su querida Mei y había estado tonteando? Si algo sabía de Nick Gautier era que además de estúpido era un don Juan empedernido, pero nunca le duraba ninguna. No sería de extrañar que supiera eso... 

De la nada empezó a tener unas ideas muy extrañas, ¿dudas? Se agachó en medio del pasillo con una expresión deprimida, su Mei no podía hacerle eso, no podía, se negaba a creerlo si quiera. "Maldito Nick, me haces dudar de mi Mei. Malparido" pensó. Un click lo distrajo de su torbellino de pensamientos y se palpo la cabeza, se quito la cosa que tenía y descubrió que era una horquilla con un lacito rojo pegado. Se dio la vuelta a todo correr y no había nadie, no tenía que preguntarse quién había sido, la niña Hunter, Phoebe, nunca la había visto, pero parecía que se la tenía jurada por algún motivo, eso o lo había escogido como nueva muñeca para jugar. Ni que fuera un juguete, ya había visto a Nick muchas veces con coronas de flores puestas e incluso con muñecas, algo muy divertido. Aunque su jefe también las llevaba de vez en cuando, parecía una cría consentida que en el futuro no tendría ni la menor idea de como hacer una comida sencilla. "Mei, espero que el día que quieras niños no sean iguales" pensó mirando al techo.

Después de estar un rato a solas y sin escuchar al pesado de Nick, decidió ir a la cocina a por más café y algo para picar. Al estar a solo unos metros, escuchó unas risas que le llamaron la atención, sería Phoebe  y Nick haciendo alguna cosa extraña. Se acercó a la puerta, ya que la niña parecía escapar de él cada vez que se acercaba, no iba a espantarla; se asomó un poquito y vio a la niña de espaldas a él, subida a una silla para llegar a la encimera. Nick estaba delante de ella haciendo una cosa rara: 

- Eres demasiado buena, Be. ¿Por qué no me dejas comer los muffins? Yo los apreciaría más .-dijo Nick mirando a la niña, mientras amasaba 

- No, estos son para Zack .- respondió la niña, que también debía estar amasando

- Pero si los mirará como si no fueran nada, solo su noviecita puede hacerle cosas ricas .- le dijo, cambiando su expresión y levantando las manos llenas de la masa.- A mi no me gustan las cosas lindas, soy un cascanueces muy serio .- intento imitar su tono de voz, cosa que hizo que tuviera ganas de matarle 

- Pues los metemos en una cajita como en las pastelerías y decimos que son de parte de su novia, así ya no tiene cara triste y estará contento .- respondió con un tono ilusionado, levantando las manos, llenas de masa también 

- De acuerdo, entonces conseguiremos una de esas cajitas .- declaró quitandose los restos de masa y llenándose las manos de harina que luego puso en las mejillas de la niña.- Pero que buena eres 

- ¡Nick, me estás manchando! - exclamó, pero no había tono de queja, era más uno de... diversión, mientras imitaba a Nick y le hacia lo mismo.- Y tú eres muy malo 

Empezaron una pelea, tirándose harina y restos de masa, riendo a más no poder. Aunque él siguió allí parado al otro lado de la puerta, asomando en su rostro una sonrisa, nadie, salvo Mei, había tenido ese detalle con él. 

FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario