domingo, 24 de noviembre de 2013

Amor Oscuro

Capitulo 14

Era el día 31, no había colegio y Phoebe estaba durmiendo, siempre que no había clase dormía hasta que ya no podía dormir más. Aun era temprano como para levantarse, pero la puerta del cuarto de Phoebe se abrió y entro una niña de unos 4 años y detrás de ella iba un niño de 2 años que gateaba por el suelo. Se acercaron en silencio, pero aunque hubieran echo mucho ruido Phoebe no se hubiera enterado de nada. La niña cogió como pudo a su hermanito y lo dejo en la cama, al lado de Phoebe, y luego ella subió a la cama con dificultad. Se acercaron despacio a Phoebe, pero ahora ella ya estaba despierta, sabía que alguien estaba en su cama.

- Marissa, NJ. ¿Qué hacéis en mi cuarto? - pregunto con tono somnoliento

-¡FELICIDADES! -grito Marissa tirándose encima de ella

- ¡IDADES! -grito NJ que imito a su hermana

Phoebe sintió un gran dolor en el estómago cuando se le tiraron encima, pero aun así se rió con ellos. Cuando se sentó, Marissa se puso de pie y le dio un beso en la mejilla y NJ intento hacer lo mismo, aun tenía problemillas con el equilibrio, le ayudo a ponerse de pie y le dio un beso muy lleno de babas en la mejilla. Le echo una visual a la habitación, Xed no estaba en ninguna parte... no se habría ido sin decirle nada.

- Marissa, ¿sabes dónde está Xed?

- Phoebe podría decirle a su demonio que deje la cocina antes de que le prenda llamas para que su papá no se enfade.- dijo una voz de hombre

Phoebe levanto la vista y vio a su padre en el umbral de la puerta mirandola con una de sus sonrisas burlonas. "¿Xed en la cocina?" se pregunto para si, eso si que era extraño, pero se olvido de eso cuando su padre le habia dicho que tenía un regalo muy chulo para ella.

- Pa, ¿dónde está mi regalo? -pregunto con ilusión

Su padre se acerco para coger a NJ y darle un beso en la frente, volvió a sonreír de esa forma burlona y se largo del cuerto, pero le escucho gritar desde el pasillo.

-Saca a tu niño de la cocina

Ella se quedo un momento sentada en la cama, se levantó con deseos de que Xed estuviera destrozando la cocina, pero sabía que su padre no la dejaría sin regalo... seguro que se lo daría en el desayuno. Bajo las escalera, daba igual la edad que tuviera y lo inmortal que fuese, nadie le quitaba el placer de andar descalza por ahi. Llegó a la cocina y vio a Xed en el fregadero lavándose las manos, no vio ningún desastre, la cocina estaba como siempre. El demonio sintió su presencia y fue corriendo a abrazarla, sin secarse las manos ni nada, el abrazo le apretaba mucho, pero no el importo mucho.

- Akra ha llegado justo a tiempo, Xed acaba de terminar parte de su regalo.

- ¿Parte de mi regalo?

- Asi es, m´ija -dijo Rosa que estaba secando unos platos.- Tienes un hermanito muy adorable, Phoebe, se ha levantado muy temprano para...

-Shhh, Rosa. Xed te ha dicho que es una sorpresa...

Rosa sonrió de forma dulce y Xed obligó a Phoebe a sentarse en la mesa. Fue al microondas y saco un plato, cubierto por completo de forma que no se podía ver el contenido y se lo puso delante.

- ¡TACHÁN! -exclamo destapando el plato

Se suponía uqe eso era un desayuno, fue lo que penso al ver las tostadas quemada con mermelada y también lo que Phoebe creía que era salsa barbacoa.

- Felicidades, akra - la felicitó Xed dandole otro abrazo

- ¿Qué se supone que es eso?¿Carbón? -pregunto Kirian que estaba mirando el plato con curiosidad

- No es carbón, es el regalo que Xed le ha hecho a akra -se quejo Xed

- Pues parece carbón...

- No es carbón, son tostadas con mermelada y salsa barbacoa. - dijo Phoebe cogiendo una de las tostadas

- ¿No irás a probarla, ¿verdad? Sabes que Rosa puede prepararte algo más delicioso

Xed miro mal a Kirian, mientras Phoebe provaba la tostada que le había preparado Xed. Tenía un extraño sabor a quemado, mermelada y la salsa barbacoa era de la extrapicante. Picaba mucho, pero Phoebe aguanto solo porque si se le ocurría pedir agua, Xed se sentiría mal, pero no fue así. El demonio se acerco a la nevera y saco su zumo favorito, echándoselo en un vaso.

- Hoy akra no tiene que fingir por Xed. -le dijo con una sonrisa

Ella también sonrió, como adoraba a ese demonio.


En Katoteros, Kiba estaba pensando en un regalo adecuado para darle a Phoebe. Se estaba rompiendo la cabeza y mucho, nunca le habia echo un regalo a nadie. ¿Qué cosas les gustaba a las mujeres? Las joyas, la ropa... la... la...
Ya harto de la situación en la que se encontraba decidió hacer algo que nunca había esperado hacer, pedirle ayuda a alguien. Fue ne busca de Soteria, de Aquerón, de alguien que conociera lo suficiente a Phoebe como para aconsejarle que regalarle. Caminando por los pasillos, se encontro a Simi, el demonio de Aquerón, estaba tan desesperado que no pensó en el desbarajuste mental de Simi.

- Oye, Simi

La demonio lo miro de arriba a abajo y puso mala cara, trato de irse pero él la paro.

- Simi, necesito tu ayuda.

- Suelta a Simi o de lo contrario te morderá y el tipo feo se quedará sin brazo.

- ¿Si te suelto me ayudarás?

- ¿Por qué tendría que ayudarte Simi?

- Porque creo que eres la única que puede ayudarme a escoger un regalo para Phoebe

La demonio se quedo muy sorprendida y luego grito:

- ¿¡AKRA PHOEBE INVITO AL TIPO FEO A SU CUMPLEAÑOS!?

-Shh, más bajo... ¿Me ayudarás? Por favor

La demonio se lo pensó un rato... muy muy largo, Kiba hasta pensó que no le iba a ayudar, pero algo sorprendente paso. Simi accedió a ayudarlo, lo agarro muy fuerte del brazo y lo arrastro a su cuarto... Ahora era cuando el sentido común de Kiba despertaba, haberle pedido ayuda a Simi fue un error muy grande.


En Kalosis, Loki estaba en el despacho de Stryker, habían estado en silencio desde que el dios asgardiano se había ofrecido voluntario para ayudar a Stryker a deshacerse de su enemigo. Estaban comprobando los movimientos de Aqueron... inclusive los de Kiba y los de Phoebe, pero eso no le interesaba a Loki, él pretendía ir por las sombras, no era su estilo, pero por probar. Investigo un poco a los amigos de la chica... sabía que algún punto débil tenía que tener y quién mejor que sus amigos para decirle los puntos débiles. Además observando a los dos jóvenes, podía darse cuenta de lo que podría destruir tanto a Aquerón como a Kiba...

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